RENOVAR LA PARTICIPACIÓN EN LA CELEBRACIÓN
Culminamos HOY la lectura compartida de las Orientaciones Pastorales 21-23. El diácono Cono Santurio nos relata los lineamientos para la renovación de la participación en las celebraciones litúrgicas:
Profundizamos que la celebración de la Iglesia, aún en una comunidad pequeña, participa del culto público, eclesial y cósmico, unida a la liturgia celestial, por el que Dios es perfectamente glorificado y el mundo y la humanidad consumada.
III. (LEITURGIA)
Para renovar la participación en la Liturgia, siguiendo la dirección del Vaticano II,
a) Educar para poner en consonancia el alma, el corazón, con la Liturgia de la Iglesia, a fin de tener la recta disposición de ánimo al participar en ella (cf. SC 11).
b) Comprender y vivir el misterio de la fe, a través de los ritos y oraciones de la Liturgia, para participar en la verdad de ella y cuidar la belleza de la celebración.
c) Para que participemos consciente, piadosa y activamente en la acción sagrada, seamos instruidos con la palabra de Dios, nos fortalezcamos en la mesa del Cuerpo del Señor, demos gracias a Dios, aprendamos a ofrecernos a nosotros mismos al ofrecer la hostia inmaculada no sólo por manos del sacerdote, sino juntamente con él, nos perfeccionemos día a día por Cristo mediador en la unión con Dios y entre nosotros, para que, finalmente, Dios sea todo en todos (cf. SC 48).
d) En medio de la gran pérdida del sentido de Dios, como pueblo sacerdotal estamos llamados a vivir y proclamar cómo la Liturgia, dignifica y santifica toda la vida humana, en lo pequeño y en lo grande, es la culminación del sentido del hombre y la humanidad en Cristo. Profundizamos que la celebración de la Iglesia, aún en una comunidad pequeña, participa del culto público, eclesial y cósmico, unida a la liturgia celestial, por el que Dios es perfectamente glorificado y el mundo y la humanidad consumada.
"La homilía puede ser realmente una intensa y feliz experiencia del Espíritu, un reconfortante encuentro con la Palabra, una fuente constante de renovación y de crecimiento." (EG 135) "me atrevo a pedir que todas las semanas se dedique a esta tarea un tiempo personal y comunitario suficientemente prolongado" (EG 145)
"El predicador necesita también poner un oído en el pueblo, para descubrir lo que los fieles necesitan escuchar. Un predicador es un contemplativo de la Palabra y también un contemplativo del pueblo." (EG 154)