NO PUEDEN SERVIR A DIOS Y AL DINERO
Mons. Martín celebró la Eucaristía del Domingo XXV durante el año en la Catedral de Florida. En la homilía se refirió al profeta Amós, quien vivía tranquilo en su cultivo y fue llamado por Dios como profeta, para denunciar la injusticia y la corrupción de su tiempo. 800 años antes de Jesucristo, los poderosos de Samaría sólo pensaban en sí y en su bienestar explotando y robando a los más pobres. "Después vino Jesús y nos regaló esta Palabra del Evangelio y han pasado 2000 años y parece que poco ha cambiado el panorama de la injusticia en el mundo."
El Obispo recordó que todo lo que Jesús nos dice en el Evangelio es para nuestro bien, para despertarnos si hemos puesto al dinero y a nuestros propios intereses en lugar de Dios y a decidirnos, sin más dilatorias, a dar los pasos para la conversión y servir a los demás. Pidió que el Señor nos dé la fuerza para denunciar la corrupción y la injusticia que nos rodea.