LOS MEDIOS COMO HERRAMIENTAS Y ESPACIOS DE ENCUENTRO

01.06.2023

3. La Iglesia universal también ha tratado el tema de la realidad digital. Desde 1967, por ejemplo, los mensajes anuales para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales ofrecen una reflexión en continua evolución sobre esta materia. A partir de 1990, dichos mensajes han afrontado el uso del ordenador, y desde principios del 2000, han reflexionado continuamente acerca de diversos aspectos de la cultura digital y de la comunicación social. Planteando cuestiones fundamentalespara la cultura digital, el Papa Benedicto XVI, en 2009, escribió sobre las transformaciones en los modelos de comunicación, y afirmó que los medios no solo deberían favorecer las conexiones entre las personas, sino también animarlas a comprometerse en relaciones que promuevan "una cultura de respeto, diálogo y amistad" [2]. Posteriormente, la Iglesia consolidó la imagen de las redes sociales como "espacios" -y no solo "herramientas"-, y realizó un llamamiento para que la Buena Noticia fuese proclamada también en el ambiente digital[3]. Por su parte, el Papa Francisco ha reconocido que el mundo digital "resulta muy difícil de distinguir de la esfera de la vida cotidiana", y que está cambiando el modo en el que la humanidad acumula conocimiento, distribuye información y desarrolla relaciones[4].

4. A estas reflexiones hay que añadir la interacción práctica de la Iglesia en las redes sociales, que ha sido igualmente eficaz[5]. Un momento reciente ha demostrado con claridad que los medios digitales constituyen una poderosa herramienta para el ministerio de la Iglesia: el 27 de marzo de 2020, en las primeras fases de la pandemia de COVID-19, la plaza de San Pedro estaba vacía, pero, al mismo tiempo, llena de presencias. Una transmisión en directo a través de la televisión y de Internet permitió al Papa Francisco guiar una experiencia global transformativa: una oración y un mensaje dirigido a un mundo en confinamiento. En medio de una crisis sanitaria que costó la vida a millones de seres humanos, personas de todo el mundo, confinadas y aisladas, se encontraron profundamente unidas entre ellas y con el sucesor de Pedro[6].

Gracias a los medios tradicionales y a la tecnología digital, la oración del Papa alcanzó los hogares y tocó las vidas de personas de todo el mundo. Los brazos abiertos de la columnata de Bernini que rodean la plaza pudieron así extender su abrazo a millones de seres humanos. A pesar de estar físicamente distantes unos de otros, quienes se unieron al Papa en aquella hora estuvieron presentes los unos a los otros y pudieron experimentar un momento de unidad y comunión.