ES POSIBLE UN ENCUENTRO PROFUNDO Y SIGNIFICATIVO EN REDES

26. En la parábola del buen samaritano, el hombre que fue golpeado y abandonado medio muerto recibió ayuda de la persona más inesperada: en tiempos de Jesús, los judíos y los samaritanos a menudo estaban enfrentados, por lo que cabía esperar del samaritano un comportamiento hostil. Este, sin embargo, no vio al hombre herido como "el otro", sino simplemente como alguien que necesitaba auxilio. Sintió compasión, poniéndose en el lugar del herido, y dedicó su tiempo y sus recursos a escuchar y acompañar a esa persona que encontró[14].
27. Esta parábola puede inspirar las relaciones en las redes sociales, ya que ilustra la posibilidad de un encuentro profundamente significativo entre dos completos desconocidos. El samaritano rompe la división social: va más allá de los límites del acuerdo y el desacuerdo. Mientras el sacerdote y el levita pasan de largo ante el herido, el viajero samaritano lo mira y siente compasión (Lc 10, 33). Compadecer significa sentir al otro como parte de uno mismo. El samaritano escucha la historia del herido; se hace cercano porque se compadece.
28. El Evangelio de Lucas no incluye ningún diálogo entre los dos hombres. Podemos imaginar la escena del samaritano que se encuentra al herido y, quizá, le pregunta: "¿Qué te ha sucedido?". Pero incluso sin palabras, a través de su actitud de apertura y acogida, comienza un encuentro. El primer gesto es una expresión de preocupación y cuidado, y esto es crucial. La capacidad de escuchar y de estar abierto a recibir la historia de otra persona sin adecuarse a los prejuicios culturales de la época impidió que el hombre herido fuese abandonado a morir.
29. La interacción entre los dos hombres nos invita a dar el primer paso en el mundo digital. Estamos invitados a ver el valor y la dignidad de aquellos con quienes tenemos diferencias. Asimismo, estamos invitados a mirar más allá de nuestra zona de seguridad, de nuestros compartimentos estancos y de nuestras burbujas. Portarse como prójimo en el ambiente de las redes sociales requiere intencionalidad. Y todo comienza con la capacidad de escuchar bien, de dejar que la realidad del otro nos toque.