ENTRE LO QUE SOMOS Y LO QUE ESTAMOS LLAMADOS A SER: DE CENIZAS A LA PASCUA

23.02.2023

Homilía de Mons. Martín el Miércoles de Ceniza.

Comenzamos este tiempo de Cuaresma por esta celebración del miércoles de ceniza.

Este tiempo comienza y nos indica como dos polos, uno este miércoles de ceniza, y el otro la meta hacia donde vamos, que es la Pascua. Dos polos, miércoles de ceniza y la Pascua.

El de hoy marca lo que somos, marca nuestra fragilidad, nuestro pecado, nuestras ingratitudes. Bueno, todo lo que realmente somos en nuestra vida está marcando este tiempo. Por eso, cuando nosotros con este signo de la ceniza estamos diciendo, estamos de paso, estamos reconociendo que estamos de paso, que necesitamos penitencia.

Por eso, cuando traigamos con este signo por ahí es para recordar que realmente empezamos un tiempo que está marcando una realidad en nuestra vida, que somos vulnerables, somos frágiles, no hacemos siempre las cosas que queremos hacer, pero al mismo tiempo estamos mirando hacia la Pascua, que es lo que estamos llamados hacer.

Es como si el Señor nos dijera, yo conozco tu fragilidad, pero no te resignes, porque tú estás llamado a la vida, no estás llamado a esa fragilidad permanente y a quedarte ahí en lo peor de ti o en tu pecado o en esa inconsistencia que muchas veces tenemos, estás llamado a la vida.

Por eso, este tiempo apunta a la Pascua, le presentamos al Señor lo que somos, pero estamos convencidos de que estamos llamados a ser plenitud, con unión plena con el Señor y entre nosotros, a eso vamos y ese es el camino que empezamos a recorrer.

Por eso, entre este polo de la ceniza y el de la Pascua, lo que realmente somos, lo que estamos llamados a ser, empieza un camino y es un camino de conversión, un camino donde buscamos la transformación para caminar hacia esa Pascua con un corazón puro, como dice la Escritura.

¿Por qué lo hacemos?

Yo creo que el miércoles de ceniza, este comienzo de Cuaresma, nos tenemos que plantear las cosas como son y lo que queremos hacer, porque va a marcar nuestra Cuaresma, lo que hoy decidamos.

Estando acá, comenzando al venir a recibir este signo, estaba hablando de nosotros y también lo que queremos, empezar un tiempo de Cuaresma, pero tenemos que explicitarnos, tenemos que decirnos a nosotros mismos para qué hacer este camino.

¿Qué significa hacer este camino?

¿Qué busco al hacer este camino en mi vida?

Porque si yo tengo claro eso lo que busco, voy a poner en el medio del miércoles de ceniza y la Pascua es lo que tengo que poner. Es como que uno quisiera hacer en este tiempo un reajuste en su vida. Cuando uno hace un reajuste, cuando lleva el auto del mecánico, te hace un test, te pone el auto en una máquina, y entonces buscan la falla que tiene. Se enciende una luz verde, amarilla, roja, no sé qué, y está diciendo ve hay una falla por acá, otra por acá. Porque eso es lo que tenemos que buscar en nosotros.

¿Queremos reajustar algo en nuestra vida?

Tenemos que buscar por dónde está la necesidad que me está indicando qué es lo que tengo que convertirme, qué cosas le tengo que empezar a llevar el apunte un poco más en mi vida, qué cosas tienen que cambiar, transformarse. Este es el tiempo para esto.

Del miércoles de ceniza, fragilidad, apuntando a lo que somos. Pero ¿por qué convertirse? ¿Cuál es la idea de convertirse? ¿Qué es lo que quiero lograr con mi conversión? ¿Por qué me lo pide la Iglesia? ¿Por qué? ¿Qué busco en mi vida? Y ahí está. Cuando yo me hacía estas preguntas, decía bueno, yo busco algo en mí personalmente. El Señor me dice que estoy llamado a más, es decir, tengo que decir, estoy llamado a ser más feliz, a tener una vida más plena. Es ya en esta vida y en la otra, en totalidad. Pienso en mí. Es decir, hay cosas en mí que tienen que cambiar para poder yo ser más feliz, más libre. Porque hay cosas que nos atan en la vida y no nos dejan ser libres como el Señor quiere que las deje. Primero pienso en mí. Yo quiero ser mejor. Porque quiero ser más feliz. El Señor me dice que puedo ser más feliz y que estoy llamado a mucho más de lo que soy. Entonces, primero tengo una mirada hacia mí.

Pero después hay algo que dice la primera frase de la segunda carta de los corintios que leímos hoy. No sé si se acuerdan. Empieza diciendo, somos embajadores de Cristo. Y yo creo que esa es una buena motivación para decir, es necesario para que yo sea un buen embajador de Cristo. Esa es mi misión en este mundo como cristiano. Tengo que ser mejor. Tengo que ser mejor cristiano. Tengo que amar mejor. Tengo que dejar cosas y ver qué cosas se me han pegado en el camino que tiene que ir desapareciendo para que la vida de Cristo y el rostro de Cristo aparezca mucho más nítido para los demás. Porque somos embajadores de Cristo. A eso nos han llamado. Y por eso nos ha regalado la fe. Para que nosotros, desde nuestra fe, sepamos mostrar a Jesús de la mejor manera. Y yo creo que es una buena motivación para que yo empiece a caminar por este camino de la ceniza hasta la pascua. Porque eso me motiva.

Señor, tú estás esperando de mí cosas que tal vez yo no te he dado hasta ahora yo no he logrado. Bueno, ayudame en este tiempo a descubrir cuáles son esas cosas. Hacer un chequeo que realmente valga la pena para que yo llegue a la pascua con un corazón puro. Y te diga, bueno, acá tenés un embajador tuyo que ha intentado hacer lo mejor posible para que tu amor se refleje en el mundo de una manera nueva.

Este tiempo, como todos sabemos, nos presenta aquellas cosas que nos van a ayudar a hacer este camino y facilitar este camino. El ayuno. ¿Qué más? Ayuno. Penitencia. Y oración. Son tres cosas que la Iglesia nos pone en el camino y que el Señor hace referencia acá en el Evangelio que nos van a ayudar a hacer esto. Porque van apuntando a esta superación. Van apuntando a que yo sea más equilibrado, más libre, más dueño de mí mismo. Todas estas prácticas que uno hace durante la Cuaresma nos hacen ser más dueños de nuestra vida, tomar las riendas de nuestra vida y no que las corrientes del mundo nos lleguen para cualquier lado. El ayuno, la penitencia, la oración nos ayudan a esto. Y al mismo tiempo nos ayudan a salir de nosotros mismos. Porque se nos invita a mirar las necesidades de los demás. Y entonces me invitan a empezar a dejar de lado mi egoísmo. Y entonces esas prácticas de la limosna, que es abrir tus ojos al necesitado y poder sacar de tu vida a veces ese egoísmo que nos carcome, que nos invade y que nos destruye espiritualmente. Y darle un espacio a Dios.

La oración es darle un espacio a Dios en nuestra vida y se nos invita a tener en este tiempo a hacer un espacio mucho más personal con Él. Un espacio donde yo me encuentre directamente con Él y pueda hablar con Él. Todas estas cosas nos van a ayudar a ir caminando hacia la Pascua. Y lo que hace Jesús cuando repasa todas estas acciones nos va diciendo que hay que cuidarnos cuando hagamos estas cosas. Para que lo vea tu Padre, eso es lo importante, si él es tu padre lo recompensará. Así que nos está diciendo que lo que tú hagas tú debes hacerlo gratuitamente. Hacer bien por el bien en sí, hacer bien porque sí. No hagas el bien buscando que te aplaudan. No hagas las cosas buscando que te digan, que te elogien y te digan qué bien, qué sacrificio estás haciendo, qué bárbaro, no?

Así porque hoy hice un sacrificio, no comí, no sé cuánto,que no sé qué, y uno le va proclamando por ahí no, no, no, tu Padre que está en lo secreto, te va a recompensar. Hacelo para fortalecerte interiormente, para ofrecer tu sacrificio, pero no lo hagas para que los demás te aplaudan. A veces por ahí largamos cosas para que sepan lo que estamos haciendo. Todo esto que nos va diciendo Jesús en este Evangelio es para que hagamos estas acciones que nos van a ayudar el camino hacia la Paz. Pero hagámosla en los secretos, gratuitamente, no buscando a nosotros mismos, sino buscando el bien de los demás. Y no vayas proclamando por ahí lo que estás haciendo porque ahí ya vas a tener tu recompensa, tu Padre que ve en los secretos es el que te tiene que recompensar.

Entonces empezamos este tiempo, ponemos las bases con estas preguntas, tengamos claro qué cosas quiero trabajar, conseguir en esta Cuaresma, por qué voy a hacer todas estas cosas. Pero personalmente para mí lo que más me mueve es eso que dice Pablo a los Corintios, porque tú fuiste elegido para ser embajador de Cristo.

Por lo tanto, hagamos este camino para que Él nos encuentre dignos, con un corazón purificado, con una manera de amar nuevo, transformado para que podamos ser sus testigos fieles en este mundo.