EN CRISTO BRILLA LA ESPERANZA DE NUESTRA FELIZ RESURRECCIÓN

02.11.2022

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.

En él brilla la esperanza
de nuestra feliz resurrección;
y así,
aunque la certeza de morir nos entristece,
nos consuela la promesa
de la futura inmortalidad.

Porque la vida de los que en ti creemos, Señor,
no termina, se transforma;
y, al deshacerse nuestra morada terrenal,
adquirimos una mansión eterna en el cielo.

Por eso,
con los ángeles y arcángeles
y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo... 

Oremos a Dios Padre todopoderoso, que ha resucitado a Jesucristo de entre los muertos y vivificará también nuestros cuerpos mortales, y digámosle:

Dueño de la vida y de la muerte, escúchanos.

Padre santo, ya que por el bautismo hemos sido sepultados con Cristo en la muerte y con él hemos resucitado, haz que de tal forma andemos en vida nueva
que aún después de nuestra muerte vivamos para siempre con Cristo.

Padre providente, que nos has dado el pan vivo bajado del cielo, para que lo comamos santamente,
haz que al comerlo tengamos vida eterna y resucitemos en el último día.

Señor, que diste a tu Hijo en su agonía el consuelo del ángel,
confórtanos en nuestra agonía con la serena esperanza de la resurrección.

Tú, Señor, que libraste a los tres jóvenes del horno ardiente,
libra también las almas de los difuntos del castigo que sufren por sus pecados.

Dios y Señor de vivos y de muertos, que resucitaste a Cristo del sepulcro,
resucita también a los difuntos, y a nosotros danos un lugar junto a ellos en tu gloria.