ACTIVOS Y SINODALES, TEJIENDO COMUNIÓN
77. Las redes sociales pueden convertirse en una oportunidad para compartir historias y experiencias de belleza o de sufrimiento que están físicamente lejos de nosotros. De este modo, podemos rezar juntos y buscar juntos el bien, redescubriendo lo que nos une[47]. Ser activos significa participar en proyectos que inciden en la vida cotidiana de las personas: proyectos que promueven la dignidad humana y el desarrollo; que tienen como objetivo reducir las desigualdades digitales; que promueven el acceso digital a la información y la alfabetización; que promueven iniciativas de cuidado y de recogida de fondos para los pobres y marginados; y que dan voz a los que no la tienen en la sociedad.
Los desafíos a los que nos enfrentamos son globales, por lo que requieren un esfuerzo de colaboración global. Por ello, urge que aprendamos a actuar juntos, como comunidad y no como individuos: no tanto como "influentes individuales", sino como "tejedores de comunión", poniendo en común nuestros talentos y habilidades, compartiendo conocimientos y sugerencias[48].
Por eso Jesús envió a los discípulos "de dos en dos" (cfr. Mc 6,7), para que caminando juntos[49] podamos revelar, también en las redes sociales, el rostro sinodal de la Iglesia. Este es el significado profundo de la comunión que une a todos los bautizados del mundo. Como cristianos, la comunión forma parte de nuestro "ADN". El Espíritu Santo nos hace capaces así de abrir nuestro corazón a los demás y de abrazar nuestra pertenencia a una hermandad universal.