SEÑOR, DIOS ETERNO, ALEGRES TE CANTAMOS
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos,
a ti nuestra alabanza,
a ti, Padre del cielo, te aclama la creación.
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos,
a ti nuestra alabanza,
a ti, Padre del cielo, te aclama la creación.
La imagen del siglo XII procedente del santuario de Montevergine se expondrá en la basílica vaticana con motivo de las celebraciones papales del 31 de diciembre y el 1 de enero. Una antigua tradición la considera la primera efigie mariana venerada por San Guillermo de Vercelli, fundador de la Abadía Virginiana, de la que se celebra el IX...
"Hacerse dueños del bien y del mal es una tentación. Es la trampa más peligrosa para el corazón humano". Lo dice Francisco en la audiencia general en la que anuncia una nueva serie de catequesis dedicadas al tema de los vicios y las virtudes.
"En Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya están muertos."Jr 31, 15
De la primera carta del apóstol san Juan 1, 1—2, 3
LA PALABRA DE LA VIDA Y LA LUZ DE DIOS
Lo que existía desde un principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y lo que tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida (porque la vida se ha manifestado,...
De los Sermones de san Fulgencio de Ruspe, obispo
(Sermón 3, 1-3. 5-6: CCL 91 A, 905-909)
LAS ARMAS DE LA CARIDAD
Ayer celebrábamos el nacimiento temporal de nuestro Rey eterno; hoy celebramos el martirio triunfal de su soldado.
El Santo Padre pronunció su mensaje navideño desde la Logia Central de la Basílica de San Pedro e impartió la Bendición Urbi et Orbi en la Solemnidad de la Natividad del Señor.
Mons. Martín presidió la Eucaristía de Nochebuena en la Catedral de Florida, acompañado por el P. César, el P. Santiago, el Diácono Alejandro y el "santo pueblo fiel de Dios" al decir del Papa Francisco.
De los Sermones de san Agustín, obispo
(Sermón 185: PL 38, 997-999)
Oremos, hermanos, a Cristo, el Señor, que nació de la Virgen María, y digámosle: